Antecedentes del Pop Art


Primero un video 






Pop Británico

El hecho de que el Pop-Art aparezca en Gran Bretaña en las mismas fechas que en EE.UU. no implica que las circunstancias que favorecen sus inicios y su ulterior desarrollo sean las mismas o parecidas. Como ya se ha dicho, el Pop­-Art norteamericano puede considerarse, desde un punto de vista global. como una respuesta en contra del intelectualismo inherente al movimiento expresionista abstracto. En cambio, en Gran Bretaña nunca existió un movimiento similar, ni siquiera hubo brotes de Informalismo, por lo que no puede plantearse que el Pop-Art surja para contrarrestar los efectos de un arte basa­do en un lenguaje abstracto. Más bien es al contrario, ya que el arte pop se eri­ge en contra de una tradición figurativo-naturalista, en la que todavía se halla­ba plenamente vigente el concepto de imitación. Se trata, por tanto, de una actitud de rebeldía por parte de los jóvenes artistas que lo defienden.
Hay que pensar que las primeras vanguardias apenas tuvieron resonan­cia en el mundo británico y, salvo contadas excepciones de artistas que establecieron contacto en algún momento con otros lugares de Europa, no existieron seguidores significativos de ninguna de las tendencias que hicie­ron su aparición desde los inicios del siglo XX hasta el estallido de la segunda guerra mundial.
Existe, sin embargo, un factor que, desde luego, pudo contribuir a que se desarrollara el interés por el collage durante los años del conflicto béli­co. Como se recordará, Kurt Schwitters, el dadaísta alemán de Hannover, tuvo que huir de su país poco después de que el régimen nazi llegase al po­der. Tras una breve estancia en Noruega, Schwitters se trasladó a Londres, donde continuó realizando sus tan característicos collages, en los que inte­graba todo tipo de materiales, tanto detríticos como trouvés. Una de las obras efectuadas por el artista alemán dos años antes de su muerte, que se produciría en 1948, fue el pequeño collage titulado For Kate, en el que puede verse integrado un fragmento de cómic. Fue la primera ocasión en que un papel recortado, procedente de un cómic, pasaba a formar parte de una obra de arte.
Paolozzi (foto de David liddle)
Algo después, uno de los artistas que no tardaría en ser realmente impor­tante dentro del Pop británico, Eduardo Paolozzi, de ascendencia italiana y afincado en Londres, efectuaría un interesante collage con un título muy sugerente, Yo fui el juguete de un hombre rico. En él puede observarse el ros­tro de una pin-up girl hacia el que apunta un revólver. De éste surge, como si de un disparo se tratase, una humareda dentro de la cual puede leerse la palabra POP. Es la primera vez que aparece el término en una realización ar­tística y constituye, por consiguiente, un precedente del collage más famoso del Pop-Art británico, el que Richard Hamilton realizaría en 1956. Esta obra se titulaba Exactamente, ¿qué es lo que hace que las casas de hoy en día sean tan diferentes, tan atrayentes? y estaba destinada a ser reproducida en el cartel y en el catálogo de la exposición «Esto es mañana», organizada por el Independent Group (I.G.) para la Whitechapel Gallery de Londres.
exactamente,"¿qué es lo que hace que las casas de hoy en día sean tan diferentes, tan atrayentes?"
Hamilton -1956
El collage de Hamilton ha adquirido, con el transcurso del tiempo, una gran aureola y se ha llegado a decir que su importancia con respecto al Pop-Art es tan grande como lo fueron las Señoritas de Avignon para el Cu­bismo. Puede que esta afirmación resulte un tanto exagerada, pero lo que sin duda es cierto es que en esa pequeña obra se encuentran reunidos todos los tópicos de la iconografía pop. Se trata de un canto al consumismo, pues en la habitación que configura el escenario donde se desarrolla la acti­va vida cotidiana pueden verse un aspirador en marcha, un televisor, una grabadora, los carteles anunciadores y luminosos de una transitada calle, un emblema de la casa Ford colocado sobre un atril, una lata de jamón so­bre una mesa, a modo de escultura, una mujer desnuda y en pose de anun­cio sobre el sofá, y un hombre musculoso haciendo alarde de su potencia y enarbolando un gran caramelo de palo, con la inscripción POP. En la pared del fondo cuelgan, equiparados, un cuadro tradicional figurativo y la porta­da de una revista de cómic romántico. Colores vivos, exaltados y muy contrastados ofrecen al conjunto un innegable carácter de provocación.


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